24 abril 2007

El pibe de la otra belleza

Puede que para los patrones culturales de estos tiempos, Carlitos no sea considerado un ícono de la belleza. Su 1.73, su morfología rústica, su cuello adornado con una larga cicatriz (producto de una quemadura con agua hirviendo cuando era bebé) y una dentadura muy poco visitada por un dentista hablan por sí solo. Pero a este pibe de 22 años y de sonrisa franca e ingenua, nacido en el humilde y peligroso barrio Ejército de Los Andes, mas conocido como "Fuerte Apache", poco le importa. Cuentan que un entrenador de las inferiores de Boca Juniors le ofreció operarse la cicatriz, pero él lo rechazó porque eso le impediría jugar entre 4 y 6 meses. “Ni loco puedo estar tanto tiempo sin tocar una pelota”, dijo. Y hoy reafirma: “No me haría nada. Siempre que pasa algo, es por algo. Si Dios me puso así, no me lo cambio.” Toda una declaración de principios. Es que para Carlitos Tevez, un futbolista con tantos pergaminos en su haber y tantos por hacer, la belleza como él la entiende pasa por otro lado, si bien tuvo su momento de “cuento de hadas” con una modelo. Carlitos siempre es Carlitos, esté donde esté: conserva sus amistades de la infancia, con los que ha conformado un grupo de cumbia (“Piola Vago”) que él mismo promociona y banca; no olvida sus raíces, y los quiere muy cerca, como en el pasado mundial de Alemania, cuando llevó a todo su clan para que lo acompañe, y hace poco “para proteger a Vanesa y a Flopi”, novia e hija, dejó atrás una situación conflictiva en Brasil para seguir su carrera en Inglaterra. Su pasarela parece ser la vida y en particular la cancha de fútbol, reducto donde expone sus máximos dones, que hasta los propios modelos de Piñeyro envidian: su coraje y su talento, que contagia a los que lo buscan como espejo, y por lo que todo hincha argentino se identifica.
No es un ícono de la belleza, es cierto, pero después de todo… ¿no dijo alguna vez Francis Bacon que “no hay belleza perfecta que no tenga alguna rareza en sus proporciones?.”

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Se sintió su ausencia el domingo..

Anónimo dijo...

el gran carlitos que se lleva saquitos de té green hills a londres.. jaja