Para las personas con discapacidad, si de servicios de larga distancia se trata, el tren es el medio de trasporte más cómodo. No sólo por los costos sino también por otros motivos, como por ejemplo, es el único con posible acceso a los baños. Sin embargo, la gratuidad de los pasajes también encuentra obstáculos en empresas subsidiadas por el Estado. Es el caso de Ferrocentral, dueña de los trenes que van a Córdoba y Tucumán. Esta empresa no sólo pone cupos de dos discapacitados por tren -el decreto 38/04 no establece límites, que sí lo hace el posterior decreto 118/06 pero que no está reglamentado, por lo tanto no corresponde su aplicación- sino que además sólo da pasajes en clase turista, obligando a la persona a abonar una diferencia en caso de desear un mejor servicio. Ante las denuncias sobre el ilegal comportamiento, Ferrocentral se apoya en resoluciones más añejas y de menor importancia que las actuales y en leyes inexistentes para justificar su accionar.
La contracara es El Gran Capitán, el tren que va a Misiones y el único medio de transporte del país que no recibe subsidios. Este tren –que une más de cincuenta localidades durante su trayecto- no pone ningún tipo de restricciones. En febrero el Gobierno intentó quitarle la licencia a TEA (Trenes Especiales Argentinos), el concesionario del servicio, luego de que se diera a conocer el pésimo estado de las vías y del tren y las demoras en las frecuencias -volvió a ocurrir en estos días con el problema del humo. Sin embargo no repararon -o no quisieron hacerlo- en que es otra empresa subsidiada, en este caso la brasileña América Latina Logística (ALL) la responsable de la infraestructura.
1 comentario:
Es increible como el gobierno invierte en el tren bala y no mejora los que ya estan en uso y tienen un estado deplorable.
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