A manera de homenaje y agradecimiento a su enorme obra, pero también dedicado a sus fieles seguidores -entre ellos mi padre, un catamarqueño tan de campo como Don Ata, que me acercó el folklore de pequeño- transcribo este hermoso poema hecho canción que habla de una situación por la que muchos han pasado en algún momento, como es el destierro, la soledad y el sentirse
un sapo de otro pozo.
EL FORASTERO
Porque no soy de estos pagos
me acusan de forastero
como si fuera un pecado
vivir como vive el viento
De donde vendrán los vientos,
de donde vendrá el rocío
que besa los pastizales
de la llanura y el cerro
Yo vengo de todas partes
por los caminos del sueño
como las rosas a mayo
los jazmines a enero.
Doy lo que tengo que dar,
y a veces me doy entero
como la dicha en los valles
y la pena en los desiertos
Junto estrellas en la noche
y en la sombra las enhebro
con ellas hago un collar
para ponerlo en el cuello
de una paisana que nunca
me sintiera forastero
Y ando por todas las sendas,
las del valle, las del cerro
y aquellas que no se ven
y andan corazón adentro
La gente me ve pasar
y me dice forastero
solo escuchan mis oídos,
porque mi alma esta lejos
Esta mirando esos mundos
que no ven los que son ciegos
aunque se llenen de luz
y tengan los ojos bellos
Por donde quiera que paso,
voy desgranando mis sueños,
aunque digan los demás,
allá pasa un forastero.
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